Poco a poco, los locales de ocio y cultura encontraron su lugar en La Rambla. A medida que desaparecían los conventos, en su lugar se instalaban floristas y quioscos. Hoy en día a nuestro paso nos recibirán edificios tan destacados como el
Gran Teatre del Liceu, (la ópera barcelonesa), el
Palau de la Virreina o el gran
mercado de la Boquería. El torrente humano de artistas callejeros, turistas y ciudadanos que aún pasean por allí constituye un emocionante viaje por el microcosmos de esta Barcelona contemporánea.
Escaparate de la burguesía barcelonesa de finales del siglo XIX, este paseo elegante y señorial une la plaza Catalunya con el barrio de Gracia, y de aquí le viene el nombre. La presencia de los mejores edificios modernistas de Barcelona convierten esta avenida en un auténtico museo al aire libre.