Aún existe un Poblenou de callejuelas estrechas y humildes casitas de pescadores. Un Poblenou muy cerca del mar, que es justamente el elemento que configura el núcleo más antiguo del barrio, y donde vale la pena perderse para apreciar los contrastes de esta parte del distrito de Sant Martí.

El núcleo del barrio se desarrolló en la llamada zona del Taulat, en su parte más baja y cercana al mar del antiguo núcleo de Sant Martí de Provençals. Se trataba de un espacio en el que abundaban las ciénagas, las lagunas y los juncares, que han bautizado algunas de las calles de la zona, como la de Joncar o la de Llacuna. Aquí se instalaron los primeros prados de indianas, (los terrenos donde se blanqueaban las piezas de tejido en crudo antes de ser teñidas o estampadas) y las fábricas textiles, precisamente para aprovechar el agua de esa zona.

Muy cerca está la plaza de Prim, urbanizada en 1851 y alrededor de la cual se construyó el Poblenou residencial. Se trata de un espacio lleno de encanto, con ombús, bancos y, de fondo, la chimenea de algún antiguo vapor. El Poblenou, en definitiva, donde aún se puede captar el pasado obrero de este barrio.